Debido a la naturaleza de mi trabajo, estoy envuelto en mil cosas que me llevan de aquí­ para allá, y es natural que la palabra “ocupado”, más que parte de mi léxico, pueda utilizarse para describir de manera permanente mi estatus durante todo el dí­a.

Pero por más ocupado que esté, no puedo resistirme a probar que la tecnologí­a está para ayudarnos, y ante la mas mí­nima oportunidad, dejo lo que estoy haciendo y con gusto me lanzo al reto.

En un momento en que entré a Facebook, me percaté que mi cuñada habí­a puesto el siguiente mensaje, redactado por razones obvias:

Mis amigos: tengo una persona a la que aprecio de corazón, y para su dieta de sobreviviente de cáncer necesita con urgencia alimentos orgánicos, sembrados en patios y que no tengan fertilizantes ni demás. Si quieres ayudarla, por favor aví­same. Sinceramente lo agradeceré. Es una madre que lucha dí­a a dí­a para continuar criando a sus retoños. Lo que podamos hacer por ella, papito Dios lo agradecerá.

Obviamente, yo no soy de palo, e ignorar un caso como este cuando tienes la posibilidad de tener acceso a la información es algo que me resulta imposible, y si está a mi alcance hacer algo, aunque sea poco, lo hago.

Luego de informarme con mi cuñada, me comunico con la productora de uno de los programas donde Tecnetico.com mantiene una sección de tecnologí­a para indagar sobre el asunto, y me indica que en efecto hay una empresa en Aibonito, Puerto Rico que podrí­a ser lo que se está buscando.

Localizado en la montaña, este es uno de los pueblos más bellos de la isla, y es de ese lugar que ella habí­a escuchado que no tan sólo la cosecha de esta empresa es orgánica, sino que se puede hacer órdenes que son entregadas a domicilio semanalmente.

El único problema es que no se acordaba del nombre. Sabí­a que está localizada en Aibonito, pero nada más.

Mientras me indicaba que iba a contactar a alguien para ver si daba con la información, decidí­ usar mis manos…bueno, mis dedos, y junto a mis conocimientos de cómo realizar búsquedas en internet decidí­ ponerlos en acción.

El primero en los resultados de mi búsqueda fue un blog de nombre La Acera (en inglés). En una entrada, La Acera habla sobre lo que es el “Community Supported Agriculture” (CSA, Agricultura Apoyada por la Comunidad) y cómo una familia opera uno de los pocos CSA en la isla, de nombre Siembra Tres Vidas.

De ahí­ es que me topo con el premio mayor.

Al visitar el blog de Siembra Tres Vidas, me fijo en la columna izquierda y encuentro una sección con el tí­tulo “Próximas Temporadas CSA”, y justo debajo, el enlace a  justo lo que buscaba.

Al abrirse la ventana de mi navegador de internet, una sonrisa se dibuja en mis labios. ¿Por qué? Permí­teme explicarte.

Siempre, SIEMPRE visualizé la internet como un medio para que desde el que más tiene hasta el que menos tuviése la misma oportunidad de ser encontrado y patrocinado.

Siempre en mi mente tuve esta imagen de una humilde casa, construí­da con madera y su techo de pencas de palma, situada en la altura de una loma, y en la oscuridad de la noche por una de sus ventanas emana el intenso destello de la pantalla de una computadora que, conectada a internet, sirve como medio para el progreso tanto económico como personal de quienes ahí­ viven. Un instrumento de cambio, de “hacer la diferencia”.

La razón por la cual todo lo anteriormente descrito vino a mi mente es porque desde las montañas del pueblo de Aibonito, gracias a la internet es que conocemos de una pequeña empresa familiar que no tan sólo es exáctamente lo que buscamos para ayudar a esta persona con cáncer, sino que también es un ejemplo perfecto de mi pensar acerca de lo que puede representar la internet.

Conoce “El Departamento de la Comida”.

Con un diseño moderno, el sitio de internet de “El Departamento de la Comida” (que no es una entidad del gobierno y en nada tiene que ver con el Departamento de la Familia de Puerto Rico) ofrece en la comodidad de la red que cualquier persona pueda tener acceso a las cosechas más frescas.

Estas son obtenidas de manera orgánica, sin pesticidas, aditivos, manipulaciones genéticas (“frankenfood”) que en los mercados de las ciudades del mundo son presentadas con su “cara” muy bonita, muy bien maquilladas, pero que detrás de su cáscara o entre sus hojas y/o fruto se esconde la intervención de la tenebrosa mano humana, cuyas terribles consecuencias apenas comenzamos a ver.

“COME SALUDABLE! VIVE MEJOR! Orgánico / local / artesanal / ecológico” reza el titular  en el sitio de internet. Este muestra los frutos  disponibles así­ como información sobre lo que es la agricultura ecológica y demás tópicos relacionados, pero igual de importantes.

Es entonces que por medio del servicio de El Departamento de La Comida será posible que todos a quienes conocemos a la paciente de cáncer nos unamos como comunidad y podamos cooperar para que, gracias a la internet, podamos hacerle llegar un par de cajas. Cajas que esperamos contengan aquello que con la fuerza de la madre naturaleza le ayude a salir vencedora de la terrible lucha contra el cáncer.

Mis conocimientos y yo simplemente resultamos ser un instrumento para que, gracias al milagro tecnológico llamado internet, podamos acercar la posibilidad de que una madre pueda ver crecer a sus hijos al no ser más amenzada por esta terrible enfermedad.

Pa’ eso estamos.