Matt Cutts, ingeniero actualmente laborando en Google, vio el Kinect de Microsoft y dijo: “me hubiése encantado tener un dispositivo como el Kinect cuando estaba en escuela pos grado”. ¿Para qué? Bueno, para “hackearlo”, ¡por supuesto!

Pero aquí­ no se trata de nada malo. Al contrario (de hecho, aprovecho para aclarar que el ser hacker no es malo; más sobre esto en una ocasión futura).

La idea de hackear el Kinect es para buscar la manera de que su “magia” esté disponible para otro tipo de aplicaciones, de forma tal que sus ventajas estén disponibles en otros equipos (en una PC o Mac, por ejemplo). Es más, ¡quien sabe si esto agiliza la miniaturización de los sistemas del Kinect y podamos tener en nuestras manos teléfonos que permitan utilizar gestos mucho antes de lo que nos imaginamos!