Me estoy mudando, y durante el proceso, me di cuenta sin proponérmelo que más allá de lo que uno pudiese buscar o desear en una propiedad, está un aspecto muy importante a considerar: opciones de conectividad.

Todo comenzó mientras buscaba la forma perfecta para dejarle saber a la corredora de bienes raí­ces que el apartamento que estaba mostrándome no me gustaba. “Tiene ventilación cruzada, lo que lo hace muy fresco. Además, la localización, cerca de supermercados y la autopista…”, continuó diciendo con mucho entusiasmo. El problema que le veí­a estaba relacionado a la distribución de espacio, la cual no cumplí­a con mis requerimientos. ¿Cómo le digo que este no me conviene? Es entonces que me toco el bolsillo del pantalón y me digo: “un momento, ¿hay señal aquí­?”

Saco el teléfono y qué veo: una barra de señal. Camino por todo el apartamento y obtengo la misma lectura. Ya le habí­a explicado en qué consiste mi trabajo, por lo que en mi mente una cosa conectó con la otra. “Esto es lo que me va a sacar de este aprieto”, concluí­ para de inmediato llamar su atención. “Disculpa, tengo que decirte algo”, fueron mis palabras, preludio a comunicarle la explicación de por qué esta propiedad no me convení­a.

“Es que si no tengo buena señal, no puedo hacer bien mi trabajo, y si no puedo hacer bien mi trabajo, pues ya te puedes imaginar”, fue mi argumento. Ella lo entendió y hasta ahí­ llegó la visita. Regreso a mi vehí­culo y pienso: “espera un momento. El asunto de la señal no es simplemente algo para salir de un aprieto. ¡Es cierto! ¡TENGO que estar pendiente y verificar si en efecto tengo señal donde vaya a vivir!”.

Y así­ fue como en cada una de las propiedades que fui a ver sacaba mi teléfono y verificaba el nivel de señal celular disponible en ese lugar, en adición a hacer varias preguntas que me ayudaran a determinar no tan sólo el tipo de conectividad disponible, sino también el estado o condición de las mismas. También hice pruebas de velocidad para determinar que tan pesado o liviano es el tráfico de uso de las torres de telecomunicación de la compañí­a con la cual contrato el servicio (sí­, yo pago mi cuenta de celular).

“¿Cuanto tiempo de construí­do tiene este complejo?”, pregunté para determinar cuán reciente es el cableado del lugar, tanto de teléfono como de CableTV, en todas las propiedades que vi. La disponibilidad de servicios como IPTV ví­a conexión telefónica y/o fibra óptica, así­ como actualizaciones al servicio de TV por Cable del área son más rápidas en aquellos lugares donde los cables estén en buenas condiciones. Es muy difí­cil que un complejo de residencias con cablerí­a vieja sea de las primeras en recibir cualquier servicio de avanzada. También esto es causa por la cual aún teniendo el servicio este no funciona bien.

Siendo esto así­, continué mi búsqueda teniendo esto en cuenta como uno de los factores que serí­an de extrema importancia a la hora de decidir.

Piénsa esto: en los tiempos en que vivimos, si no estas debidamente conectado a la internet, a servicios de calidad tanto de telefoní­a como de televisión, estás desconectado. Ya sea del trabajo, de opciones de entretenimiento, si estudias a distancia, etc., es igual: una buena conexión puede hacer toda la diferencia del mundo.

Tal vez algunos puedan pensar que en el caso de conectividad celular, si me mudo a un lugar en el que la compañí­a con la que actualmente tengo el servicio no tiene buena señal, pues me cambio a otra que sí­ tenga y ya. Pero con los contratos y los costos envueltos realmente no es una opción real para la gran mayorí­a de las personas, y me incluyo. En la mayorí­a de los casos “estamos casados con quien nos conecta”. ¡Piénsalo!

Es así­ que no tan sólo deberí­amos buscar calidad de vida al momento de elegir un lugar para vivir. También hay que añadir el buscar que el lugar tenga opciones de conectividad de calidad.

No dudo que estamos cerca del dí­a en que los anuncios de venta y alquiler de propiedades incluyan detalles especí­ficos en cuanto a la conectividad, por cable o inalámbrica, disponibles en el área.

¡Tomen nota propietarios de viviendas!

Ilustración: svilen001/SXC