Desde Las Vegas: día 4
Venir a Las Vegas a cubrir CES es muchísimo trabajo: días que comienzan temprano y terminan tarde, mucho caminar, mucho escribir, mucho mirar…mucho de todo.
Mirar los montajes que las compañías preparan para la exhibición ciertamente impresionan y hacen que todo esto tenga sentido, pero no deja de ser muchísimo trabajo.
Es por esto que en Tecnetico, desde hace muchos años ya, hemos instituído el “fun day” que les había comentado hace unas entradas atrás y cuya idea es divertirnos como método de preparación para la tortura a la cual el monstruo del CES nos habrá de someter.
En esta ocasión, fue el sábado 7 el día escogido para relajarnos e ir a un lugar que ya habíamos acordado previamente: el Hoover Dam (cariñosamente conocido como “el maldito Hoover”).
Antes de que aparezca un coro de ángeles del verbo a (correctamente) señalar que “dam” en inglés es represa y no “maldito” (que en inglés sería “damn”), debo señalar que el llamar a esta, una de la maravillas de la ingeniería mundial, “maldito Hoover” es tan sólo un chiste interno que quisimos exteriorizar. 🙂
Como te iba diciendo, para el Hoover Dam, una increíble proeza del ingenio humano construída en plena “Gran Depresión” de los años 30, dirigimos nuestro vehículo, pero antes, el desayuno.
El lugar escogido fue “Jack In The Box”, muy cerca del área donde está el Hoover Dam, una cadena de “fast food” que siempre tiene algo que llama la atención (la comida, para ser “fast food”, es buena).
Luego del desayuno continuamos nuestra marcha hacia la gran represa Hoover.
Gustavo y Roberto estaban muy interesados en ver en persona lo que hasta el momento para ellos había sido una enseñanza en el aula escolar. El gran Hoover Damn, junto a su inseparable retoño Lake Mead (que tengo que aclararle a James que no, que la palabra “Mead” es el nombre del lago y no un verbo en castellano), estaban allí. Y en mi caso, no importa las veces que vaya, siempre es una experiencia única.
Luego de la visita al Hoover Dam hizo hambre, y fuimos a la hamberguera conocida como In-N-Out Burger. Pero antes de llegar, les hablé sobre el menú secreto que sólo podía conseguirse en internet. Acto seguido cada cual, como autómatas, tomaron su móvil y buscaron el famoso menú secreto en internet.
Tras almorzar en In-N-Out Burger, la ruta cambió de dirección, en esta ocasión a la estructura en forma de pirámide conocida como el Hotel Luxor, donde esa noche Roberto y James habrían de ver el show del mago Chris Angel. Mientras tanto, Gustavo y yo iríamos a varios sitios alrededor del área para que se familiarizara con la ciudad.
Y con esto termina este recuento de los primeros cuatro días en Las Vegas. ¿Por qué termina aquí? Porque los días siguientes serán contados por nuestro trabajo reportando sobre todo lo que habrá de presentarse en el CES.
¡Hasta 2013!
1 comentario
Eso alla esta brutal!!!