Día 7: Goodbye…for now
Ok…el CES del 2004 ya es historia. Nuestra misión aquí esta casi cumplida (si, ”casi”, porque hasta que toda la información no este colocada en Tecnetico.com, no hemos concluido nuestra misión) y es hora de relajarse, de cogerlo suave y visitar algunos sitios que desde antes de venir (es más, ¡desde el año pasado!) ya tenía planificado visitar. Y por supuesto, entre ellos tenía que haber algo relacionado con la electrónica. ¿Cuándo no es pascuas en diciembre? jejejeje…
La tienda Fry’s Electronics es la primera parada y la razón para esto es porque el año pasado (2003) habíamos hecho planes para viajar a California a visitarla. Esta tienda, que tiene un website pero que no vende ni ofrece información sobre las marcas y productos que ofrece, tiene una reputación de tener ”de todo como en botica” y a precios ”raja-tabla”, algo que ”es digno de ver” desde el punto de vista de cualquier tecnético. Tanto era el deseo de ir que inclusive en una de esas reuniones pre-viaje, visitamos su website para trazar un mapa de como llegar. Al llegar a Las Vegas y salir del área del aeropuerto en ese viaje del 2003, James (uno de los que viajaba con nosotros) se quedó observando un edificio enorme y que, adornado con un logo que le parecía familiar, se imponía en el área. Pero no nos dijo nada al respecto…
Debido a ciertas situaciones, no se pudo llevar a cabo el viaje a Los Angeles para visitar Fry’s y, como decimos en Puerto Rico, ”nos quedamos puyús” sin poder visitar esta tienda la cual prometía hacernos olvidar de todas las cuentas que hay que pagar luego de un viaje de esta envergadura. Al llegar el día de tomar el avión de regreso a Puerto Rico, James dice señalando el edificio que al llegar le había llamado la atención: ”oye, ¿pero esa no era la tienda que queríamos visitar en Los Angeles?” De repente, el silencio invadió el vehículo que nos transportaba, inevitablemente, hacia donde abordaríamos el medio de transporte que nos alejaría de Las Vegas y de la NUEVA TIENDA de Fry’s Electronics en Las Vegas que acababan de inaugurar el mismo día que comenzó el CES. El silencio fue roto por el mismo James cuando mencionó que cuando llegamos (¡hace 7 días atrás!) lo vió pero que como nadie le preguntó, pues el no lo dijo. Todos nosotros casi al unísono exclamamos, luego de recuperar el aturdimiento: ¿y por qué co*&%$#, si lo habías visto, ¡¡¡¡¡ no nos avisaste !!!!!
Bueno, regresando al presente…me dirigí hacia su enorme estacionamiento. La entrada a la tienda lucía como una de las miles de máquinas tragamonedas omnipresentes en Las Vegas. Oh yeah, por fin, luego de un año, llego a Fry’s. Entro y luego de pasar el umbral, me quedo totalmente perplejo. Miro a diestra y siniestra y no veo una pared que delimite las inmensas dimensiones de este templo tecnológico. Gente, les tengo que confesar algo: me tiltié…
Esto lo que quiere decir es que por un momento sentí como si hubiese perdido mis facultades mentales; no sabía si seguir derecho, ir a la izquierda o a la derecha. ¡Esa tienda es del tamaño de una mega-tienda estilo Wal-Mart! Tuve que echarme hacia un lado para organizar mis pensamientos y decidir cómo iba a comenzar mi recorrido por una tienda que era demasiado grande. Además, tenía el tiempo limitado ya que tenía que recoger a Reniet, el ”fotógrafo tecnético”. Me decidí por ir pasillo por pasillo. ”Esta estrategia”, pensé, ”deberá evitar el que no visite hasta el último rincón”. Y así, mis queridos lectores, me embarqué en un viaje donde haría encuentro cercano del tercer tipo con todo lo que se enchufe o use baterías. Bueno, casi todo.
Llego hasta el área de las computadoras portátiles conocidas como laptops, impresionado por la selección pero no por los precios, cuando vi algo que simplemente era increíble: una laptop con especificaciones “aceptables” por $599…
¡WOW papo!
(para ustedes que conocen de esto, aquí están las especificaciones: procesador AMD Athlon con velocidad de 1 gigahertz, 128mb de RAM tipo DDR, 20gb de disco duro, monitor de 14.1″, DVD drive, conexión inalámbrica Wi-Fi y Windows XP)
Luego de estrujarme los ojos con la mano para asegurarme de que no estaba empezando a perder la visión, me dije “¡wow, este es el regalo PERFECTO para mi hermano!” Y justo cuando iba a dar el tarjetazo (si no, ¡cómo lo hago!) recordé que tenía un SERIO problema…debido a la gran cantidad de información en forma de press kits, catálogos, revistas y demás parafernalia publicitaria, había tenido que utilizar la maleta de transportar ropa para meter todo eso; la maleta no es opción. Tuve que ponerme a hacer inventario de todo lo que llevaba para rápidamente darme cuenta que literalmente no tenía dónde meter la dichosa laptop que quería llevarle de regalo a mi hermano. ¡Tanto nadar para morir en la orilla!
Al reconocer que perdí totalmente la noción del tiempo, rápidamente me dirigí hacia la salida de la tienda ya que debía recoger a Reniet para ir a la que sería mi próxima parada: el “maldito Hoover”. Bueno, realmente no se le dice así. Me refiero al “Hoover Dam” (represa Hoover), nombrada una de las Siete Maravillas Modernas de Ingenieria Civil en América y responsable de crear el lago Mead, el lago artificial más grande de América. Nosotros ”de cariño” le llamamos el ”maldito Hoover” por la similitud de pronunciación en inglés que tienen las palabras “dam” (represa) y “damn” (maldito). Ya me imagino a la represa diciéndonos: ”si es así, ¡no me quieran tanto!”
De camino para la represa, el hambre dijo “¡presente!” y decidimos buscar dónde comer. Tuvimos que recorrer bastante hasta que nos topamos con un “oasis” dónde había varios restaurantes de cómida rápida. Y para la comida, el Tecnético tiene una política pública relacionada a comer cuando está fuera de Puerto Rico: no ir a sitios que ya existen en Puerto Rico. Es pura lógica: ¿de qué vale viajar miles de millas para terminar comiendo lo mismo que puedes comer al lado de tu casa? (sí, me refiero a Burger King, McDonald’s, Wendy’s, Subway (¡especialmente!), etc.) Es por eso que miré a Reniet y, sabiendo que él vive aqui, le pregunté: ¿has comido allí? Su contestación fue afirmativa y hacia el “fast food” Jack In The Box nos dirigimos.
Lo que a mi no me tranquiliza de este restaurante es el portavoz de la empresa: un tipo con cabeza de payaso. Por alguna razón (y no se si esto se debe a la influencia de René, otro amigo mío que tiene unas opiniones muy particulares sobre la vida), nunca me han gustado los payasos cuando se trata de las cosas serias de la vida; la comida, por ejemplo. Hay veces que no hay opción, pero en cuanto a la comida, me es difícil transar. Otro ejemplo: creo que jamás compraría los “mantecados Payaso”. Ya me imagino el lema (“slogan”): Mantecados Payaso: ¡una payasada de sabor! Mire, mire Mister: ¡a payasear para otro lado!
A final de cuentas, la comida no estuvo tan mal…
Si recuerdas el Blog del año pasado, en aquella ocasión también visitamos esta represa. Si es así, ¿por qué repetir la visita? Bueno, porque anteriormente no habíamos podido tomar el tour que te lleva al corazón de la represa por medio de claustrofóbicos túneles, justo donde están los generadores de electricidad. Ciertamente esta obra de ingeniería es algo fuera de serie. Si no fuese porque la historia de su diseño y construcción está excelentemente documentada, podría pensar que esto lo construyeron unos extraterrestres. Si vienes a Arizona o Nevada, no puedes dejar de visitar el Hoover Dam.
5 de la tarde. Hora de “coger las malangas” y retirarnos del Hoover Dam. Ciertamente el paisaje es impresionante. El desierto, desierto es. Pero definitivamente, como creación de Dios, tiene su hermosura y encanto.
Se me ocurre que, para evitar complicaciones, debería llevar las maletas al aeropuerto antes de entregar el carro. ¡Y qué maletas! Siempre para este viaje traigo una maleta más grande de lo necesario para así poder acomodar la información que inevitablemente uno tiene que traer consigo. Pero esta vez fue algo que está fuera de serie. Tuve que distribuir el material del show entre todo mi equipaje, incluyendo un “hand bag”. Al llegar al mostrador de la línea aérea, pasó lo que me temía: sobrepeso en la maleta (85 libras). Ni modo. En el mismo medio del terminal, me tocó reacomodar todo el material para distribuirlo equitativamente y así evitar problemas. De más esta decir que “sudé la gota gorda”.
En nuestra conversación de regreso a la ciudad, recordé que Reniet había mencionado que él ya había identificado un lugar donde venden las famosas “tortas de jamón” (como ya podrás haberte imaginado, ambos somos fanáticos de “El Chavo del Ocho”) y decidimos que esa sería mi última cena en Las Vegas. Llegamos a un restaurante de comida rápida conocido como “La Torta Loca” y, señoras y señores, efectivamente: allí estaban las tortas de jamón tan codiciadas por el Chavo. Y por supuesto, para bajar la torta ordenamos…unas aguas frescas de tamarindo!!! Jejejeje…
En fin, son casi las 7 de la noche y…¡a las 7:23 hay que entregar el carro! Rápidamente llevé a Reniet a su casa y arranqué para el local donde alquilé el carro, no sin antes percatarme que tenía que llenarle el tanque. Eso quiere decir que veo cada vez más lejos el llegar antes de la hora límite y evitar que me cobren otro día de alquiler. Afortunadamente pude llegar exactamente a las 7:17, pero…
Al llegar al área de inspección, el empleado que me recibió fue irrazonablemente lento en recibirme el auto, causando que tuviera que esperar por casi 10 minutos. ¿Procedimiento normal o hecho a propósito? Entro al counter de servicio y, sin ninguna advertencia, procedió a cobrarme el segundo día como si nada. Realmente me sentí como si todo fuese parte de un plan maquiavélico para tomar ventaja de las personas que lleguen justo a la hora de entrega. No sólo me cobraron de más porque supuestamente mi reservación vía Internet no estaría disponible por cuatro horas (cuento que luego verifiqué como erróneo ya que, según me informé, ellos pudieron seguir un procedimiento establecido para poder acceder las reservaciones por Internet), sino que se tardaron en recibir el auto de manera injustificada resultando en que me cobraran un día adicional.
Pero si pensabas que mi “experiencia” iba a terminar ahí, te equivocas. Resulta ser que justo al recibir “la dolorosa” (el recibo de pago), el “eficiente” empleado me indicó que la guagua de cortesía que me llevaría al terminal del aeropuerto llegó. Yo, rojo del coraje pero cortésmente, le dije que iba a esperar el próximo. Tenía que desesperadamente traer paz a mi mente…créeme. Luego de esperar la media hora que se me indicó pasaría la próxima guagua, esta aún no llegaba. Así que esperé, y esperé y esperé…hasta que le pregunté al empleado cuando llegaría. Es ahí que el utiliza su radio comunicador para indicarle al chofer de la guagua que había un pasajero esperando a ser transportado. O sea, que si yo no le aviso al empleado, el cual me tiene de frente sin forma de no verme, posiblemente todavía estaría yo allí como mucha gente en Puerto Rico que usa el sistema público de transportación: esperando la guagua…
Pero la tortura no termina. Resulta ser que al estar de espalda, no se supone que me percate de la llegada de la guagua, pero yo, usando mi visión periferal (sí, tu también la tienes), sabía que la guagua estaba allí. Decidí que, como método para seguir recopilando evidencia de que Payless es una compañía con un distorsionado concepto de lo que es servicio y atención al cliente, iba a esperar a que el empleado hiciera lo que se supone: me avisara que la guagua había llegado. Un minuto…dos minutos…¡tres minutos esperando! Es ahí cuando el empleado por fin se digna en indicarme, en tono seco, que la guagua había llegado.
Primera y última vez que alquilo un auto en Payless. Moraleja: sepa bien donde alquila un auto.
Una vez superado este tremendo escollo llamado Payless Car Rental, llego al aeropuerto satisfecho de haber sido parte de la historia al haber asistido al evento de tecnología más grande del mundo. Sólo me queda por delante varias tareas “titánicas” con las cuales lidiar. Una de ellas es el vuelo de Las Vegas a Miami a las 12 de la noche conocido como “red-eye”, en el cual se supone prepare lo que diré en mi intervención de las 8 a.m. para la estación de radio Cima 96.5 FM y trate de dormir, algo casi imposible para mi en un avión.
¿Y cuáles son las otras tareas? No tan sólo continuar con mis compromisos de mi profesión de consultor de tecnología y “web developer”, sino continuar con aún mas ahínco desarrollando a Tecnetico.com. Y parte de esto es el seleccionar lo mejor de decenas de miles de productos provenientes de más de 2,500 compañías que allí se exhibieron.
Y con esto en la mente, me despido de “Sin City”, agradecido por la oportunidad de traerles a ustedes toda la información de lo que aquí pasó. El año próximo, lo haremos mejor y con el favor de Dios tendremos más recursos para que la información llegue a ustedes más rápido. Eso es una promesa.
De esta forma, mis queridos lectores, despido este “blog” agradeciéndoles su compañía por esta crónica de las peripecias que resulta el ir al Consumer Electronics Show.
¡Adiós Las Vegas!…por ahora…
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