Hay un refrán que dice: “una foto dice más que mil palabras”. Por otro lado, los mensajes de texto se han convertido en el método preferido por los jóvenes para comunicarse, mucho más que las llamadas telefónicas. Pero para una novel empresa con sede en Dallas, Texas, EE.UU., una canción es una forma aún mejor para comunicarse.

La empresa en cuestión se llama Chattaboom, y busca ser la primera aplicación de medios sociales que permita a usuarios comunicarse entre sí­ por medio de hooks o segmentos pegajosos o reconocidos de canciones. En otras palabras, en vez de escribirle a esa persona: “quiero que me enseñes a amar” (uff…¡buena suerte con eso!), le enví­as, por ejemplo, “I Want to Know What Love Is” de Foreigner, y ya sabes: tema de conversación. “¿Por qué tu me enviaste esa canción?”, escucharí­as decir a la persona de tu interés. De ahí­ en adelante, el asunto es todo tuyo.

Chattaboom está disponible tanto en su sitio web, http://www.chattaboom.com, como desde Facebook, aunque la única forma que lo pude usar fue desde Facebook. Y es en esta red social donde se hace más fácil utilizarlo, ya que esta te muestra una lista con todas tus amistades en esta red social y es sólo cuestión de escoger, como dije anteriormente, a la persona de tu interés. Pero no todo tiene que ser con amor en mente.

El servicio te permite escoger la canción (o el hook de una canción) de acuerdo al mood o ánimo que quieras expresar: alegre, coquet@, molest@, triste, fiester@, inspirad@, etc. Y de acuerdo a ese sentimiento, Chattaboom mostrará canciones que se supone vayan de acuerdo.

Una vez hayas escogido la canción y el/la sujeto, en su pared o wall aparecerá un post o entrada con un mensaje de tu parte y el logo de “Say It With A Song” (dilo con una canción). Sólo cuando la persona que reciba el Chattaboom haga click en el sí­mbolo de play es que se enterará de la canción que le enviaste.

Este está disponible sin costo alguno, pero ofrece el poder comprar cualquiera de las canciones ofrecidas directamente desde Chattaboom.

Yo ya practiqué, ¿y saben qué? ¡Funciona!