¿Resurgirá como el Ave Fénix la entrega a hogares de comestibles y productos de consumo ordenados “online”?
Leyendo un artículo del New York Times sobre el cómo compañías online que se encargan de hacer delivery o entregas de alimentos, artículos para la despensa y hasta alcohol están resurgiendo luego de que a principios de la pasada década, estas fracasaron estrepitosamente.
Múltiples factores contribuyeron a esto. Uno de ellos fue el famoso “Dot-com boom“, época donde se invertía en prácticamente cualquier compañía que tuviése un “.com” en su nombre sin que importara un pequeñísimo detalle: ¿será capaz de hacer dinero? A eso nadie le importó. Todo lo que se buscaba era crecimiento; el dinero (o mejor dicho, las ganancías) vendrían después. ¿Cómo? ¡Quién sabe!
Ejemplo de esto lo fue Kozmo.com, que prometía entregas en una hora o menos de todo tipo de artículos: pintas de helado, cajas de cereal y otros. La compañía llegó a tener 1,100 empleados pero, en 2001, cerró sus puertas luego de gastar más de US$250 millones por parte de inversionistas y lograr anémicos ingresos. Todo lo que pasó con Kozmo.com quedó plasmado para la posteridad en un documental llamado “e-dreams” que aunque es un poco difícil de conseguir, ciertamente recomiendo que todo el que interese tener un negocio que dependa de internet lo vea.
La cosa es que en Puerto Rico vimos bastante de inversionistas que se tiraron a lo loco, y específicamente en el área de la entrega de artículos de consumo, hay una empresa que viene a la mente: Supermercados Amigo.
¿Y AMIGO? ¿QUí‰ PASÓ CON AMIGO?
El servicio de entrega de compras hechas por medio de la página de internet de Amigo se ofreció inicialmente en el este de la isla, específicamente Fajardo y áreas de Humacao, para luego ser descontinuado en esa área y movido a Caparra en Guaynabo. Ofrecía dos opciones: entrega a tu casa u oficina o recogerla ya lista en el supermercado y las entregas sólo se realizaban de lunes a sábado.
El servicio estuvo operando hasta que WalMart anunció en 2003 que compraría esta cadena de supermercados, proceso que completó en 2004. No está claro si la llegada de nuevos dueños o que este no contara con apoyo del público fue lo que provocó el que el servicio no sobreviviera. El mínimo de compra eran US$40 y se cualificaban las entregas por Zip Code (código de área postal). El cargo por entrega de compras de menos de US$240 eran US$12 (US$6 si el cliente optaba por recogerla en el supermercado). De haber sobrepasado los US$240, el costo por el servicio se calculó en un 5% del total de la compra (2.5% si se recoge).
Conocí a la empresa que trabajó en la tecnología usada “tras bastidores” (“backend”) para hacer posible el servicio. Se llamaba Abalon Corporation y estaba localizada en Santurce, ciudad que hoy busca posicionarse como el centro de la efervescencia digital en Puerto Rico.
Estos crearon un sistema basado en tecnología Microsoft (white paper, formato PDF) llamado “Ají”. ¿Funcionó bien? Nunca tuve la oportunidad de utilizarlo, por lo que no tengo forma de opinar al respecto. ¿Habría este servicio sobrevivido si estos supermercados no hubiésen sido comprados por Wal-Mart? Imposible saber. Abalon Corp. también fueron los responsables del sistema de compras online de la legendaria mueblería A La Orden Discount. Esta empresa invirtió más de US$100,000 en su desarrollo. Sin embargo, nunca fue lanzado.
RESURGEN EN EE.UU. LAS ENTREGAS DE LO PEDESTRE
La realidad es que, según pude constatar en el artículo anteriormente mencionado, el renglón de entregas está resurgiendo, y son tanto empresas nacientes como gigantes ya establecidos las protagonistas de dicho resurgimiento, pero sólo en Estados Unidos. En Puerto Rico existen  empresas incipientes (“startups”) como Bici Resuelve y Ecomensajería, pero no ofrecen un inventario de productos. Más bien, son servicios de mensajería en bicicleta, y se limitan a utilizar tecnología (mensajes SMS y teléfono, respectivamente) que aunque más que probada (y aparentemente les funciona bien), no resulta ser innovadora.
“He considerado hacer el switch a un webapp. La base de mi target audience es bastante “low tech”. Es SMS y resulta complicado para muchas personas sin mencionar que tengan [que bajar] un app, se registren, etc.” dijo Julio Molina, co-dueño de Bici Resuelve. “Aunque posiblemente en un futuro optemos por añadir la opción, al momento no es algo que nuestra base ha solicitado”, añadió.
En Estados Unidos, Amazon está expandiendo grandemente sus esfuerzos para, mediante su programa de membresía Prime, poder realizar entregas el mismo día de una selección de productos que normalmente ofrece. Tampoco podemos dejar fuera Amazon Fresh, con más de 500,000 productos disponibles.
Por su parte, Google lanzó en ciertas áreas el servicio Shopping Express en unión a casi 10 tiendas con la idea de que compres en lugares que ya conoces y Express Shopping se encargan de la entrega. Mientras, Uber ya está ofreciendo entregas, no de personas, si no de productos, mediante el servicio que ha llamado “Corner Store“. Un tanto rezagado en aceptación está eBay Now, ofreciendo entregas en un máximo de dos horas en 5 ciudades por US$5 por orden de más de 30 tiendas.
La nueva generación trae a Instacart, operando en 11 ciudades; Caviar, DoorDash y SpoonRocket, las cuales ofrecen entrega por parte de restaurantes en 12, 23 ciudades y partes de San Francisco, California, respectivamente. En el lado extremo (por el tipo de artículos que entregan) está Ice Cream Life, que mediante un app para iOS entregan, eso mismo, helados. Le sigue el recogido y entrega de las tandas de ropa a lavar por Washio en Los íngeles, San Francisco y Washington D.C., todo mediante un app que muestra todo el proceso. En el caso de Eaze, se trata de la entrega en San Francisco, California de canabis. Sí, marijuana medicinal.
Pero la lista no termina ahí. Greenling entrega en cinco ciudades de Texas víveres cultivados de forma orgánica por granjeros locales. Burpy entrega, en tres horas, comestibles y artículos de la despensa en Austin y Houston, Texas. La oferta de Aislefinder es doble: ofrece un app para iOS y Android que facilita el navegar por los supermercados para ir exactamente a donde está lo que uno quiere comprar (cosa que no debe ser del agrado de los dueños) y la opción de que la compra sea entregada en cinco ciudades. Su lema no deja duda de su misión: “un GPS para tu supermercado”.
En fin, son decenas y decenas de empresas que buscan pegar fuerte en esta área. Todas tienen en común la utilización de aplicaciones móviles y sitios web extremedamente bien diseñados para hacer fácil su uso por parte del consumidor, mientras que en la trastienda, estas emplean múltiples tecnologías (GPS, “big data”, etc.) para manejar la infraestructura, operaciones y demás aspectos del negocio.
¿TIENEN FUTURO?
El truco aquí será el balancear lo que se cobra por el servicio versus los costos en los que se incurre para darlo.
Uno de los grandes diferenciadores que hoy en día pueden determinar si este tipo de servicios puede ofrecerse de forma costo-efectiva lo es el uso de software para manejar todos los aspectos de la operación. Desde logística y facturación hasta manejo de datos de clientes, el software es la herramienta que p0dría hacer la diferencia entre el éxito y fracaso de una empresa. Esta tecnología no estaba al alcance de la primera generación de startups de entregas para allá para la década de los 90.
¿Reaccionarán positivamente los inversionistas al regreso de este tipo de servicio?
Por otro lado, ¿querrá la gente utilizar este tipo de servicios en Estados Unidos? Para justificar el lanzamiento de una tableta de 12″ de pantalla, Samsung dijo en su conferencia de prensa en CES 2014 que pronostican que las personas pasarán en su casa más tiempo que nunca debido al clima, la congestión en las grandes ciudades y otros factores. Ante dicho panorama, hace sentido que los servicios de entrega de comestibles y otros artículos logren conquistar a la clientela.
En el caso de Puerto Rico, la realidad es que la combinación de la crisis económica que por años lleva afectando la economía local, combinado con el que los inversionistas que sobrevivieron al “dot-com boom” aún continúan deprimidos por lo que perdieron podrían no servir de impulso para que este tipo de servicio sea ofrecido al público en general. Sólo una nueva generación de inversionistas que entiendan lo que conlleva desarrollar este mercado podrá lograr que estos servicios puedan desarrollarse localmente.
¿Será esto así? “Ya veremos“, dijo el ciego.
1 comentario
Seria un éxito, yo con ese servicio seria sumamente feliz. AMIGO, traerlo de vuelta seria A+