De mal en peor los periódicos
A mí me importan los periódicos.
Desde pequeño siempre me sentaba y los leía de rabo a cabo. Y muy en especial los domingos, día en que con mi plato de cereal en frente leía con especial interés tanto las columnas de opinión como los especiales.
Hoy día, es de harto conocimiento que esos tiempos quedaron atrás. Me refiero a que cada vez son menos las personas que disfrutan de la lectura, sea de periódicos o lo que sea. Estamos en un mundo en que la mayoría no lee, y el que lee, no lee periódicos pero sí medios electrónicos, y el que lee medios electrónicos no tiene tiempo para leer mucho. Â De hecho, se calcula que la circulación en sobre 300 periódicos en Estados Unidos bajó un 10.6% durante los seis meses que terminaron en septiembre, y sigue bajando. Ouch.
Un ejemplo de esto lo es la nota que publicó Prensa Asociada, en la que explica cómo una nueva regla impuesta por la ABC ha mejorado los números de circulación de los periódicos. Pero no, no el canal de TV, sino la Audit Bureau of Circulation, entidad que certifica la circulación de periódicos y revistas y que es usada por los anunciantes para tomar decisiones de dónde anunciar. En otras palabras, son quienes publican de las publicaciones, el equivalente  a los “ratings” de la televisión y la radio.
Las empresas publicadoras de periódicos han tenido que diversificar su oferta, añadiéndo versiones digitales a la ya venerable edición impresa que todos conocemos. Estas vienen en diferentes formas: por medio de un website al cual se tiene acceso pagando una suscripción, o mediante una réplica digital (generalmente en formato PDF) de la edición impresa. Hasta el momento, estas suscripciones no podían ser contadas por separado en el total de circulación de un periódico.
Pero bajo la nueva regla adoptada por la ABC desde el 1ero. de abril de este año, estas ediciones electrónicas pueden ser contadas por separado, teniendo como efecto el que el total de circulación de un periódico aumente. Es decir, antes un mismo suscriptor de la edición impresa y digital no podía contarse como dos suscripciones. Ahora sí se cuentan como dos suscripciones. Así que no se extrañen si ahora ven un marcado aumento en esfuerzos de mercadeo por parte de los periódicos para vender suscripciones a su versión electrónica.
Y como dice la nota de AP, si no fuese por estos números, la situación de los periódicos luciría peor. Mucho peor.
Pero no son sólo notas como esta que presentan la realidad que vivimos. El periodista español Arcadi Espada acaba de publicar un libro llamado “El Fin De Los Periódicos” en el que, mediante una recopilación de ensayos, se adentra en la crisis de los medios de comunicación impresos.
“El periódico se parece a cualquiera de esos tipos que aparecen apuñalados en un callejón y nada más empezar a investigar el asesinato la policía se da cuenta de que lo difícil sería encontrar a alguien que no hubiese querido matarles”, reflexiona Arcadi Espada”.
Espada va mucho más allá al decir que el rol de los periódicos que sobrevivan será uno de menor relevancia que en el pasado.
Es una pena que las próximas generaciones no podrán darse el lujo y el placer de, mientras se aprecia el comienzo de lo que parece va a ser un hermoso domingo, leer, en papel real, un buen periódico.
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