El “Buen Fin” mexicano: ¿ofertas reales?
Con la aparente finalidad de reactivar la economía mexicana, desde hace un par de años se viene desarrollando una iniciativa llamada “Buen Finâ€. Ofertas impresionantes, precios increíbles, pagos con tarjeta, y deudas infinitas.
“El fin de semana más barato del año†(porque así es el slogan de la campaña) no puede ser analizado sino es bajo la sombra de su vecino del Norte con el famoso Black Friday. Para muchos el Buen Fin no es más que una copia en gran formato, ya que dura no solo el viernes, sino tres días en donde los grandes y medianos almacenes lucen aglutinados del sin número de personas que acuden a abastecerse antes de que arranque la temporada navideña.
Los protagonistas a fin de cuentas no son ni los consumidores ni las ofertas, sino los financiamientos a meses con intereses que acaban prolongando el “ofertón†a los 12, 18 o 24 meses posteriores, que con el interés generado hacen que el producto no solo llegue a su precio original, sino que hasta rebase éste mismo.
El caso del apantallante “meses sin intereses†no tiene la misma estrategia, aquí lo que se pretende es que los bancos mediante las tarjetas de crédito aumenten el número de clientes cautivos y eso genere una constante generación de ingresos que se manifiesta en la salud financiera de la entidad bancaria.
Sin embargo, si dejamos de lado los financiamientos y trampas que buscan el saqueo de los almacenes para abastecerse de nueva mercancía, ¿existen verdaderos descuentos?, ¿de verdad es el “fin de semana más barato del añoâ€? Aquí entro mi tarea, por lo menos a lo que tecnología se refiere, y vaya que ésta es la que más pegue tiene en este fin de semana.
Se visitaron las tiendas más populares en el argot tecnológico en México: Best Buy, Radio Shack y Walt Mart, antes y después del Buen Fin, y aquí se muestran los resultados:
Cabe destacar que en la tienda Walt-Mart la mayor parte de la mercancía de descuento no se encontraba a la venta antes del Buen Fin, como los que se muestran a continuación así que, ¡quién sabe si de verdad estuvieran rebajados, o inflados para ponerlos en descuento!
Lo que a telefonía se refiere, en la mayoría de los casos los aparatos económicos no smartphones, son los que estaban en su mayoría en descuento. Los aparatos más llamativos no tenían grandes ofertas. Apple era de esperarse no redujo sus precios, por lo menos en las tiendas de telefonía.
Ante este panorama que resulta no tan desalentador, podemos sacar provecho como consumidores inteligentes y responsables: efectuando compras perspicaces y estando al tanto de nuestros ingresos, así podremos saber en qué margen podemos mantenernos para gastar o no, sin que nos engañen las campañas y ganchos de las grandes transnacionales.
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