Propuesta en Puerto Rico para un impuesto al envío de emails resulta ser intento de campaña benéfica
Hay un refrán que dice: “la necesidad es la madre de la invención”.
Muchas veces esto puede resultar en extraordinarias invenciones, y así ha sido. Gente con gran necesidad han utilizado sus talentos para crear, y sus creaciones han cambiado el mundo (o sus mundos).
Aunque generalmente la necesidad puede ser legítima, la invención que resulta de padecerla no siempre lo es.
Esto es lo que pienso tras ver una dudosa y escueta nota publicada por el hasta ahora considerado serio portal MicroJuris (que prueba que no todo el mundo debe dedicarse a informar), el cual sirve al sector legal/jurídico de Puerto Rico, que cita a “fuentes de crédito” que alegan que se aproxima una nueva invención de alguien en la Legislatura para impactar nuestro bolsillo.
La nota es tan escueta y tan contraria a lo que normalmente uno esperaría de una publicación cuyo “slogan” es “inteligencia jurídica” que aún no dejo de estar sorprendido:
“Según fuentes de crédito, se aproxima un nuevo impacto para el bolsillo del consumidor puertorriqueño. En esta ocasión, el mismo se circunscribe al pago de un impuesto por cada mensaje enviado a través del correo electrónico.”
Sabemos la gran necesidad que tiene el Gobierno de Puerto Rico de recabar fondos para contrarrestar la aguda crisis económica que nos agobia. Esa es la razón (o excusa, dependiendo de que lado uno esté) para la imposición o propuestas para impuestos adicionales en una gran variedad de renglones. Pero si hay algo que darle crédito a este gobierno es que, hasta ahora, no se han visto tentados a inventarse un juego llamado “vamos a ponerle un impuesto” a algo directamente relacionado con el uso de la tecnología en la isla.
Pero leí la nota de MicroJuris y mi tranquilidad explotó en mil pedazos.
Pero señores, esto no es como lo pintan, razón por la cual no hay que dejarse llevar por las apariencias, ni perder la calma ante semejante estupidez.
Confirmamos que esto se trata de una enfermiza e inexplicable invención de alguien en el venerable (y digno de ser apoyado) Hospital del Niño, el cual como toda institución sin fines de lucro destinada a la niñez, enfrenta serios retos económicos debido a la difícil situación económica que vivimos y ha ideado una campaña utilizando esta aberración como idea central.
La objetivo aquí es crear controversia para llamar la atención y luego decir que esto es una campaña llamada “un impuesto para la niñez” (o algo parecido), que no es un impuesto per se, sino más bien el solicitar una donación que voluntariamente se quiera dar, basándose en no sé que criterio o criterios.
Veo tantas cosas atrozmente horribles con esta campaña, que no se ni por dónde empezar.
Pero comienzo con lo mío, con lo técnico.
POSIBLE DE IMPLEMENTAR PERO IMPOSIBLE DE ENTENDER
Desde el principio supe que esto tenía que ser algún tipo de chiste o relajo, porque sabía que hacer realidad algo como esto es simplemente fuera de toda posibilidad real. Aún así, decidí “dar rienda suelta a mi imaginación” tras recibir múltiples llamadas de amistades incrédulas ante tal información.
Implementar algo como eso no es imposible, pero sí es imposiblemente práctico. Me explico: Puerto Rico sería la única jurisdicción en los Estados Unidos (y posiblemente en toda la bolita del mundo) en imponer un impuesto por cada email enviado. Una de las múltiples formas que el Gobierno de Puerto Rico podría incluir en la ley para hacer esto posible es obligando a todo proveedor de acceso a internet a instalar un mecanismo para inspeccionar las comunicaciones y así detectar qué es un email y qué no lo es. Una vez lo detecte, entonces poner a correr “un metro” para así contar los emails (que habrían de ser identificados con el nombre de alguien y su número de seguro social) y determinar cuánto tendría que pagar.
El solo pensar en eso hace que sea inevitable el que venga a mi mente el hecho de que esto constituiría una enorme violación a la privacidad, esto sin mencionar que es una bofetada a todo lo que representan los principios del “Net Neutrality” (que buscan que el tráfico en la internet sea libre y abierto). Hablando de Net Neutrality y conectándolo con los asuntos políticos actuales, el que la internet sea libre y abierta es una propuesta del Presidente Obama (demócrata). Por otro lado, Puerto Rico está actualmente gobernado por un liderato demócrata, el cual es de suponerse debe estar alineado con lo propuesto por el presidente de Estados Unidos, que como mencioné, es demócrata. Una idea como esta es tan y tan increíble, que si existiese un “papel demócrata”, el tratar de escribir la idea en este haría que la tinta brincara del mismo para evitar que que quedara “en blanco y negro” (o azul).
Ahora, a lo que no es tan mío, pero que me siento lo suficientemente confiado como para abordarlo.
MAL MOMENTO PARA ESTO
El Hospital del Niño es una institución que por más de 90 años aparenta haber servido bien a la niñez del país y, hasta donde tengo entendido, se merece el apoyo de todos.
Pero lo que no se merece es que se vea envuelto (e injustamente afectado) por la idea más idiota que he escuchado en mucho tiempo, no tan sólo por lo imposibilidad técnica de ser implementada (desde el punto de vista práctico), sino también por envolver a la Legislatura en un momento tan delicado como lo es la discusión de la imposición de nuevos impuestos en renglones como la gasolina, entre otros asuntos. La idea fue tan y tan terriblemente planificada, que nos ha llegado información que el Hospital circuló una comunicación acerca de esto utilizando el timbre y símbolos del Senado de Puerto Rico para hacerlo más creíble.
Oh Dios…
Al momento se sabe que en estos instantes se está dando una conversación un tanto intensa entre la Oficina del Senado y el Hospital del Niño para que desmientan la información circulada. Por su parte, los genios creativos a cargo de esta “gran idea” insisten en que le den hasta el lunes para hacerlo porque se llevará a cabo una conferencia de prensa donde habrán de aclarar todo.
MUY INMERECIDO
Es triste que una entidad como esta tenga ahora que manejar una crisis de relaciones públicas por la “fantástica iniciativa” que se les ha ocurrido poner en marcha, en vez de invertir esas energías en formas más creativas y realizables que la del supuesto “impuesto a los emails”.
La Junta de Directores de esta institución debe seriamente considerar algún tipo de acción contra la o las personas que idearon esta “cosa”, porque esto no tiene nombre.
Honesta y sinceramente espero que la Junta actúe rápido para que puedan dejar atrás este desabrido capítulo de su historia y puedan recabar, de maneras realmente efectivas, los fondos que necesitan para continuar sirviendo a nuestra niñez.
Foto: SXC/Freeimages/Hellori
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